Sinopsis
“Guasón 2: Folie À Deux” encuentra a Arthur Fleck institucionalizado en Arkham esperando juicio por sus crímenes como Guasón. Mientras lucha con su doble identidad, Arthur no sólo tropieza con el verdadero amor, sino que también encuentra la música que siempre ha estado dentro de él.
Después de tanta espera, Joker: Folie à Deux ha resultado ser una de las mayores decepciones del año. Mientras la primera entrega nos ofreció una visión cruda y psicológica del descenso de Arthur Fleck, esta secuela se siente vacía y sin dirección. Desde el principio, la película lucha por encontrar un propósito, y lo que termina ofreciéndonos es una serie de escenas desconectadas que parecen estar más preocupadas por impactar visualmente que por contar una historia coherente.
Uno de los mayores problemas es la narrativa. Simplemente no hay una historia sólida que sustente esta película. A lo largo de sus dos horas, la trama avanza sin rumbo, sin un claro objetivo o desarrollo significativo de los personajes. Mientras que en la primera película había una evolución clara en Arthur, aquí parece que está atrapado en una repetición sin sentido, donde las decisiones y acciones no parecen tener consecuencias reales. Es como si estuvieran rellenando tiempo con escenas que no conducen a ninguna parte.
Además, la inclusión de elementos musicales, que muchos esperaban le darían un giro interesante a la secuela, no solo es innecesaria, sino que llega a ser molesta. Las secuencias musicales rompen completamente con el tono oscuro que caracterizó a la primera película, y lo que podría haber sido una oportunidad para explorar la psique del Joker desde otra perspectiva, se convierte en un espectáculo incómodo. Lejos de aportar algo a la narrativa o al desarrollo del personaje, estas escenas musicales parecen un intento fallido de innovar, pero lo único que logran es desconectar aún más al espectador.
Tampoco ayuda que la película tenga un ritmo extremadamente lento, y no en el buen sentido. Mientras que el desarrollo pausado de la primera entrega servía para aumentar la tensión y explorar en profundidad la mente de Arthur, aquí simplemente aburre. No hay momentos de verdadera tensión o emoción, y muchas escenas parecen alargarse innecesariamente, lo que hace que la película se sienta mucho más larga de lo que realmente es. En lugar de mantenerte enganchado a la pantalla, es difícil no desconectarse y preguntarse cuándo llegará algo verdaderamente relevante.
Otro aspecto que decepciona es cómo se desperdicia el gran talento actoral. Aunque Joaquin Phoenix sigue siendo un actor excepcional, el material con el que trabaja en esta película no le permite brillar como lo hizo en la primera entrega. La falta de una dirección clara en la historia y los momentos musicales que distraen en lugar de profundizar en el personaje, hacen que su interpretación se sienta desarticulada y sin la fuerza emocional que habíamos visto antes.
En conclusión, Joker: Folie à Deux es una secuela que no logra estar a la altura de su predecesora. Con una historia sin sentido, un ritmo aburrido y elementos musicales que no aportan nada a la trama, la película se siente más como un experimento fallido que como una continuación significativa. Para aquellos que quedaron cautivados por la profundidad y oscuridad de la primera película, esta secuela probablemente dejará un mal sabor de boca. Sin embargo, como siempre, la mejor manera de formarse una opinión es ir al cine y verla por uno mismo.