Un peculiar grupo de personas quedan varadas por más tiempo de lo que esperaban en medio del desierto en la pequeña ciudad ficticia de Asteroid City donde formarán una extraña comunidad después de un suceso astronómico inesperado.
Reseña por Rafa Carrillo (@RafaDDM)
A estas alturas y con más de diez largometrajes en su filmografía como director sabemos que Wes Anderson representa lo familiar para bien y para mal, tanto en el sentido de lo instantáneamente reconocible que es su trabajo como el hecho que una de las piedras angulares de sus historias son las diferentes dinámicas que hay en diversos tipos de familias. Hay quienes proponen que en el cine de autor una gran cantidad de directores dirigen la misma película una y otra vez, es difícil estar de acuerdo, pero si hay un director que se ha dedicado a meticulosamente pulir y perfeccionar el mismo tipo de cine es Wes Anderson. Su estilo es tan característico que actualmente está de moda inventar parodias por medio de inteligencia artificial de clásicos del cine como si hubiesen sido dirigidos por él, y ese no es el único ni el más popular trend actual de parodias de Wes Anderson en TikTok.
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Una vez que conoces la fórmula, Asteroid City es más de lo mismo, quizás más que nunca antes. Si ya eres fan, no habría ninguna razón por la cual no debería gustarte y es muy probable que la disfrutes al mismo grado que seas fan de sus anteriores obras. Después de todo, sí ha perfeccionado su estilo al punto que libremente juega con cambios radicales de relación de aspecto en la pantalla, de colores a blanco y negro y viceversa, incluso cambia de medios entre obra de teatro, cine y narración, secuencias con modelos y miniaturas, stop motion y efectos generados por computadora; y muchos de estos cambios los logra hacer dentro de una misma escena e incluso en un mismo plano. Se ha vuelto tan identificable que estos cambios drásticos y constantes son naturales a la película y para la audiencia. Si bien puede parecer ya repetitivo, y el gusto siempre será subjetivo, todo en cuestión de forma es impecable. La cinematografía, escenografía, vestuarios, utilería, música, edición, actuaciones… todo es intachable. De nuevo, el único pero que se le puede poner depende del gusto propio, y en esta ocasión ser fan de Wes Anderson es un prerrequisito indispensable.
La historia está contada como una obra de teatro que está siendo transmitida por televisión en blanco y negro pero en su mayor parte vemos una película tradicional donde los personajes de la obra viven el guión a todo color como si fuera parte de su realidad donde rara vez se rompe la cuarta pared para recordarnos que estamos viendo la versión cinematográfica de la obra de teatro que han montado. En esta película dentro de la obra de teatro dentro del programa de televisión seguimos principalmente a la familia Steenbeck que han sufrido una tragedia reciente y han hecho este viaje para que el hijo mayor Woodrow participe en una feria de ciencias. Además de esta familia, se desarrollan simultáneamente al menos otras diez tramas que involucran al resto de los habitantes permanentes y temporáneos de la ciudad, los artistas involucrados con la obra de teatro y sus vidas personales y breves vistazos al personaje del narrador interpretado por Bryan Cranston que funge como el guía entre todo este complejo caos. Todo tiene algún tipo de cierre, sin embargo varios de ellos resultan decepcionantes, poco claros o demasiado breves. Para un director tan meticuloso como Wes Anderson, esto debe haber sido al menos parcialmente intencional pero son tantas narrativas y elementos dramáticos que queda completamente abierto a interpretación cuál haya sido esta intencionalidad, si incluso los mismos personajes se preguntan cuál es el motivo de la historia sin recibir tampoco una explicación.
Hay también una clara intención de presentar temas que pudieran tener una gran profundidad emocional e incluso política y aquí es donde el estilo traiciona a Wes Anderson. En sus anteriores trabajos ha tenido la sabiduría de soltar toda pretención o cinismo en los momentos más emotivos y sinceros. En el caso de Asteroid City cada que se presenta algo importante se hace de manera indiferente y sarcástica o con esos chistes hipsters característicos del director en que los personajes dicen algo intencionalmente estrafalario o que pretenden ser demasiado cool o demasiado inteligentes y sofisticados como para tomarse algo en serio. Es muy difícil absorber algún impacto emocional cuando el director está demasiado preocupado por verse cool en lugar de entregar el mensaje de la manera más efectiva. Este es el mayor problema con Asteroid City, en la eterna lucha por el balance entre forma y contenido, el contenido a duras penas se presentó a la pelea. Ciertamente en la trama pasan muchas cosas, tenemos una cantidad enorme de personajes que requieren una resolución a cada una de sus líneas narrativas pero se descuidó el enfoque de la historia en general por perderse en los detalles y se hubiera beneficiado de una narrativa más concisa y efectiva o al menos una duración mayor para cómodamente aterrizar todas las ideas que se presentan. Tiene a favor que en ningún momento se vuelve tediosa o lenta, así que unos cuantos minutos extra para desarrollo no le hubiera venido mal.
Asteroid City no le va a cambiar la vida a muchos, pero es un rato entretenido para pasar en el cine si te gustan este tipo de comedias. Recomendada en particular para quienes ya disfrutan ampliamente del trabajo del director que nos ha traído grandes películas como Moonrise Kingdom, Isle of Dogs, The Life Aquatic y The Royal Tenenbaums.